El género Rosa está formado por un conocido grupo de arbustos espinosos y floridos
representantes principales de la familia
de las rosáceas. Se denomina rosa a la flor de los miembros de este género
y rosal a la planta.
Las rosas están entre las flores más comunes vendidas por los
floristas. El rosal es una de las plantas más populares de los jardines.
Los rosales florecen continuamente durante todo el año desde primavera hasta
principios de invierno. Para que esto ocurra hay que cortar las rosas marchitas.
Una técnica popular consiste en seguir el tallo de la rosa seca hasta encontrar
la primera ramita con cinco hojas y cortar inmediatamente por encima de ella.
Luego, entrado el invierno, se hace la poda radical, dejando nada más que
cuatro o cinco ramas de un palmo desde el tronco principal. También se puede
hacer media poda en medio de la temporada para mantener el rosal en un tamaño
mediano. Esta no es necesaria para la salud de la planta ni para que florezca
más. Los cortes deben hacerse con tijera bien afilada para que resulten limpios, es decir, sin picotazos. Deben ser sesgados, evitando los cortes rectos y no se deberán dejar fibras en ellos. Se debe cortar medio centímetro de la yema exterior en forma sesgada hacia adentro para que cuando llueva o se riegue la planta el agua corra y no se concentre en la yema perjudicando el crecimiento floral.
El rosal es la planta
ornamental por excelencia. No hay jardín público o privado que carezca de
ella. Además, ofrece múltiples posibilidades de color, con infinidad de
matices, así como de olor. Su mantenimiento es sencillo y su resistencia
grande, que junto con su extrema belleza la hace muy apreciada entre los
amantes del jardín.
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